MANUEL IRAIDER
En 1868 ideó ya un viaje de exploración al interior de África. Esto le llevó a la fundación de una sociedad en el convencimiento de que era necesaria la colaboración de otras personas que tuviesen las mismas inquietudes. Dicha sociedad la denominó La exploradora, que hasta 1874 realizó grandes trabajos preparatorios para la mencionada expedición.
En 1874 emprendió un viaje preparatorio de estudios desde el golfo de Guinea, desde donde partiría hacia el interior. Durante el tiempo que duró la expedición (ochocientos treinta días), Iradier, acompañado entre otras personas por su mujer y su cuñada, recorrió casi 1900 kilómetros, desde Aye hasta el río Muni. Después de remontar éste llegó hasta otro río, el Utamboni, para intentar alcanzar la región de los Grandes Lagos, y desde allí llegar a la desembocadura del Muni.
En la exploración visitó las islas de Corisco y Elobey Grande, así como Inguinna y el cabo San Juan, la mencionada Aye, los ríos Muni, ya mencionado, Utongo, Utamboni, también mencionado, y Bañe, así como dos cadenas montañosas, la cordillera Paluviole y la sierra de Cristal.
El segundo viaje de exploración pudo trazar los mapas de las zonas visitadas, los cuales serían publicados por la Sociedad de Africanistas y Colonistas de Madrid a su regreso a España
tercera expedición. Ésta dio comienzo en julio de 1884. En la misma le acompañó el doctor Ossorio, quien, como el propio Iradier, participaba como delegado de la Sociedad de Africanistas. El viaje se ciñó a recorrer los territorios ya explorados en su primera expedición y algún otro. Cruzó el río Muni y exploró su orilla izquierda; igualmente exploró el río Noya y los ya conocidos Utambani y Bañe. Lograron alcanzar el límite navegable del río Utongo, para desde allí pasar por el río Cóngoa hasta el río Muni, desde el que descendieron para luego dirigirse a las costas del Buru, situadas al noreste de la bahía de Corisco.
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